En el abrasador desierto seco
donde el sol es dios y dios traga vida
el gran dios sol desciende
engrudando varios carteles rojos
en paredes de adobe
y después caen
sobre el horizonte
“con la llamarada de un alto horno”
y los carteles se destiñen amarillos
caen en la oscuridad
dejando solamente sombras a fin de probar
que una revolución más ha pasado