306 En essa misme cibdat avié un buen christiano, avié nombre Jerónimo, era missacantano; fazié a la Gloriosa servicio muy cutiano, los días e las noches, ivierno e verano.
307 Finó por aventura el bispo del logar, non se podién por nada en otro acordar; tovieron tridüano, querién a Dios rogar, que Elli lis mostrasse quál deviessen alzar.
308 A un omne católico, bien de religïón, fablóli la Gloriosa, disso’l en visïón: «¿Varón, por qué estades en tal dissensïón? Dad al mi creendero esta electïón.»
309 Disso’l el omne bono por seer bien certero: «¿Quí eres tú qui fablas o quí el creendero?» «Yo so -li disso ella- la Madre de Dios vero, Jerónimo li dizen a essi mi clavero.
310 Seï mi mensagero, lieba esti mandado, yo te mando que sea aína recabdado; si ál faz el cabillo será mal engannado, non será el mi Fijo del su fecho pagado.»
311 Díssolo e crediéronlo esto los electores, mas quí era Jerónimo non eran sabidores; metieron por la villa omnes barruntadores, darién buen alvrizia a los demostradores.
312 Trobaron a Jerónimo preste parroquïal, omne sin grandes nuevas, sabié pocco de mal, leváronlo por mano a la siet catedral, diéronli por pitanza la siella obispal.
313 Siguiendo el message, él de Sancta María, ficiéronlo obispo e sennor de Pavía; ovieron ende todos savor e alegría, qua vidién que la cosa vinié por buena vía.
314 Fue muy buen obispo e pastor derechero, león pora los bravos, a los mansos cordero; guïava bien su grei non como soldadero mas como pastor firme que está bien façero.
315 Guïóli su fazienda Dios nuestro Sennor, fizo buena la vida, la fin mucho mejor; quando issió d’est sieglo fue al otro mayor, guïólo la Gloriosa, madre del Crïador.
316 Madre tan pïadosa siempre sea laudada, siempre sea bendicha e siempre adorada, que pone sus amigos en onrra tan granada, la su misericordia nunqua serié asmada.
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