Mujer que estás un poco en este anillo, casi un poco, tal vez lo que dura en el lecho la palabra mujer.
Mujer que cabes en un ruido rubio. Mujer, que pasas por mi boca como el agua que no quita la sed.
Mujer que te repartes en mis cosas. Mujer, te estoy tocando ahora, pero ahora sólo toco tu piel.
Cuando estás en mis dedos me pareces de viaje. Tal vez, es así como quiero, pero no como amo.
Déjame que me quite este lujo del cuerpo. No ves, que me pesa este anillo… ¿no lo ves?
Déjame que te use con los ojos. ¡Qué bien! Los ojos se me llenan de paisajes de tren.
Es que hay algo pasando… ¿No lo ves? Tú del tamaño de mi lujo sólo. Mujer, que rodeada estás por este anillo de honradez.
Me quitaré tu nombre repartido, tal como cuando llego de la calle: que me quito del cuerpo cotidianos detalles.
Ya ves, mujer que eres a veces propiedad de mi alma, y a ratos, propiedad de mi piel.
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