¿No han visto las mariposas
con que ligera gracia
rozan las corolas en primavera?
Con la misma ligereza
se cierne límpida sobre todas las cosas
la mirada de la hermana virgen.
¿No han visto cuando es de noche
cómo las estrellas vergonzosas
ofrecen la luz y la retiran?…
Así, tímidamente, la palabra
cruza el umbral
de sus labios afinados por el silencio.
La túnica que lleva no tiene forma,
la luz que a través de ella se filtra
dispersa sus contornos. Su hermoso rostro
no se sabe dónde empieza, su sonrisa
tiene la potencia de un abrazo inmenso.