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No hay que pervertir los números

[Minicuento - Texto completo.]

Ramón Gómez de la Serna

Lo que más hace sufrir a los grandes matemáticos es que les perviertan los números.

No les importa que no se sepan matemáticas, no les importa que se escriban de un modo absurdo los números, no sufren cuando se borran del encerado las magníficas operaciones que tan difícilmente se han logrado hacer. Lo único que les preocupa es que se pervierta a los números.

Ya la Academia de Ciencias de Suecia, que es de una pureza sin límites, tuvo una discusión sobre la perversión de ciertos números, y protestaron de que el 606 haya sido destruido, pues no puede ser aceptado ya como ejemplo ni siquiera sirve para los teléfonos, y el 606 de las calles largas ha tenido que ser sustituido por el 605 duplicado.

«Si se siguiese así —han dicho los grandes hombres de la ciencia de los números— no podríamos ya echar cuentas y, por ejemplo, no podrían ser construidos los presupuestos de una nación.»

Aunque a algunos eso de que no haya presupuestos no les parezca mal, está bien lo que dicen los sabios matemáticos y debe abstenerse la humanidad de pervertir más números, ya que para eso tienen las palabras todas desfloradas; ¡pero los números!

Por lo menos opongamos números a los números, construyamos los antídotos y al 69 opongamos el 63, que es la normalidad.

FIN


Flirt, 1922


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