No necesito dinero,
necesito sentimientos.
De palabras, de palabras elegidas sabiamente,
de flores, llamadas pensamientos,
de rosas, llamadas presencia,
de sueños, que habiten en los árboles,
de melodías que hagan danzar a las estatuas,
de estrellas que murmuren al oído de los amantes…
Necesito poesía,
esa magia que quema el peso de las palabras,
que despierta las emociones y da colores nuevos.