No sé por qué me fatigo,
pues con razón me vencí,
no siendo nadie conmigo
y vos y yo contra mí.
II
Vos por me haber desamado,
yo por haberos querido,
con vuestra fuerza y mi grado,
habemos a mí vencido;
pues yo fui mi enemigo
en darme como me di,
¿quién osará ser amigo
del enemigo de sí?