Si Dios un día cegara toda fuente de luz, el universo se alumbraría con esos ojos que tienes tú. Pero si -lleno de agrios enojos por tal blasfemia- tus lindos ojos Dios te arrancase, para que el mundo con la alborada de tu pupila no se alumbrase; aunque quisiera, Dios no podría tender la Noche sobre la Nada…. ¡Porque aún el mundo se alumbraría con el recuerdo de tu mirada!