De la uva exhausta de mis cinco sentidos exprimo
en tu honor, pardo Adonis, esta gota de vino…
¡Vino de tedio tinto!
¡Hincha a solas el río seco de mi instinto!
¡Hincha y suelta mi río hacia el bosque perdido
de lo desconocido!
El día, pardo Adonis, donde mi tedio estanco,
es todo blanco…
¡Tedio de la blancura, del color sin color…!
¡Por tu cuerpo y la noche, de mis ojos lo arranco!
¡Mis ojos quieren sombra!
¡Mis ojos quieren triste resplandor!
Mi pena quiere alfombra
y cortinaje negro…
Mi pena quiere frente a sí el allegro
de máscara de tu reír sin fondo…
¡Tu risa, flor de hiel!