Penas, qué penas amargas
que no puedo azucarar.
Penas de la vida en pena
quién las podrá consolar:
mi casa no tiene lumbre
mis hijos no tienen pan.
Pena de pena despierta
que ya no se dormirá.
Empeñada en irse sola
por campos de soledad.
Penas de mi vida en pena;
grito que llama a luchar.
Rompe el cerco de sombras
que condena a soledad.
Penas, no me des penas
que no pueda azucarar.