Cuando el espacio, sin perfil, resume con una nube su vasta indecisión a la deriva… ¿Dónde la orilla? Mientras el río con el rumbo en curva se perpetúa buscando sesgo a sesgo, dibujante, su desenlace, mientras el agua, duramente verde, niega sus peces bajo el profundo equívoco reflejo de un aire trémulo… Cuando conduce la mañana, lentas, sus alamedas gracias a las estrellas vibradoras entre las frondas, a favor del avance sinuoso que pone en coro la ondulación suavísima del cielo sobre su viento con el curso tan ágil de las pompas, que agudas bogan… ¡Primavera delgada entre los remos de los barqueros!