El sol cubre los muelles alongados y hundidos en el mar, que salpican cáscaras y tablones. En los muelles, azúcar, carbón, mulatos, ruidos; y en el mar, buques, yates, bergantines, ancones.
La onda es azul, es verde; fulge, en lumbradas plenas, desde el pétreo castillo que se yergue a la entrada de la rada; en la orilla del mar, cocos, arenas. La luz y los colores anclados en la rada.
Pintados caseríos; cortos y férreos puentes; muros de España sobre la cambiadiza onda; jardines polvorosos, quemantes y crujientes; y el alcatraz, de agudo pico, que hace su ronda.
San Juan junta sus piedras, tal como el cielo junta sus nubes; y su mole se abrillanta, se afina. EL trópico sus pastas de ardor y sueño unta al Morro, a San Cristóbal y a Santa Catalina.
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