Son los ojos de la amada pasmo cierto de las gentes; yo, que todo lo conozco, sé muy bien lo que me advierten. Dicen ellos: -A este adoro, a este sólo, a nadie más; cesen pues, oh buenas gentes, vuestro pasmo, vuestro afán. Sí, con brillo poderoso resplandecen en redor; y es que quieren anunciarme la hora dulce del amor.