Si Dios un día
cegara toda fuente de luz,
el universo se alumbraría
con esos ojos que tienes tú.
Pero si -lleno de agrios enojos
por tal blasfemia- tus lindos ojos
Dios te arrancase,
para que el mundo con la alborada
de tu pupila no se alumbrase;
aunque quisiera, Dios no podría
tender la Noche sobre la Nada….
¡Porque aún el mundo se alumbraría
con el recuerdo de tu mirada!