Tantos recuerdos juntos en el viento, tantos jardines juntos que recuerdan sin nadie nadie ya que los recuerde, tantas fuentes con ángeles, sirenas, tritones o cupidos o pescados, tanto mar en el sueño hecho de mármol, tantas flores de caña ya perdidas detrás de las mareas de los ríos y un “moriré o no moriré muy pronto” que dicen deshojadas margaritas en lugar de “me quiere” o “no me quiere”.