Estás, en pirata y negro mi isla verde estilizada, el negro te da la sombra te da la línea el pirata. Tambor y arcabuz a un tiempo tu morena glorai exaltan, con rojas flores de pólvora y bravos ritmos de bámbula.
Cuando el huracán desdobla su fiero acordeón de ráfagas, en la punta de los pies -ágil bayadera- danzas sobre la alfombra del mar con fina pierna de palmas.
Podrías ir de mantilla, si tu ardiente sangre ñáñiga no trocara por madrás la leve espuma de España.
Podrías lucir, esbelta, sobriedad de línea clásica, si tu sol, a fuerza de oro, no maduraste tus ánforas dilatando sus contornos en amplitud de tinaja.
Pasarías ante el mundo por civil y ciudadana, si tu axila -flor de sombra- no difundiera en las plazas el rugiente cebollín que sofríen tus entrañas.
Y así estás, mi verde antilla, en un sí es que no es de raza, en ten con ten de abolengo que te hace tan antillana… Al ritmo de los tambores tu lindo ten con ten bailas, una mitad española y otra mitad africana.
|