He aquí el transeúnte recorriendo lugares
que le salen al paso.
Todo sitio lo atrae y le da alas
como sombra de amor
o de días y noches de acechantes parajes
que son playas o rocas barridas por las olas,
y pájaros
que en su vuelo señalan
un más allá real para el ausente
que es de todas partes y también de ninguna,
pasajero fugaz que atraviesa fronteras
sin objeto o nostalgia
porque sí, porque sí,
más lejos cada vez del incierto paisaje
perdido en su memoria.