Aquí yazgo; Yasís. De esta grande ciudad por la hermosura el efebo más famoso. Sabios profundos me admiraron; y también el pueblo superficial, sencillo. Y me alegraba asimismo igual. por ambas cosas. Y por tenerme la gente demasiado por Hermes y Narciso, los excesos me acabaron, me dieron muerte. Viajero, si eres alejandrino, no has de criticar. Tú conoces el ímpetu de la vida nuestra: qué ardor posee, qué voluptuosidad excelsa.