Una armonía me suena en las venas,
entonces, parecida a Dafne,
me transmuto en un árbol alto,
Apolo, para que no puedas detenerme.
Pero soy una Dafne
cegada por el humo de la locura,
no tengo hojas ni flores;
y sin embargo, mientras me transmigro,
nace una luz profunda
y en la soledad arbórea
dirijo una tríada de dioses.