¿Quién es esa sirena de la voz tan doliente, de las carnes tan blancas, de la trenza tan bruna? -Es un rayo de luna que se baña en la fuente, es un rayo de luna…
¿Quién gritando mi nombre la morada recorre? ¿Quién me llama en las noches con tan trémulo acento? -Es un soplo de viento que solloza en la torre, es un soplo de viento…
¿Di, quién eres, arcángel cuyas alas se abrasan en el fuego divino de la tarde y que subes por la gloria del éter? -Son las nubes que pasan; mira bien, son las nubes…
¿Quién regó sus collares en el agua, Dios mío? Lluvia son de diamantes en azul terciopelo. -Es la imagen del cielo que palpita en el río, es la imagen del cielo…
¡Oh, Señor! ¡La belleza sólo es, pues, espejismo! Nada más Tú eres cierto: sé Tú mi último Dueño. ¿Dónde hallarte, en el éter, en la tierra, en mí mismo? -Un poquito de ensueño te guiará en cada abismo, un poquito de ensueño…
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