Voces ideales y amadas de aquellos que murieron, o de aquellos que han desaparecido para nosotros como los muertos. A veces hablan en nuestros sueños; a veces las escucha nuestro espíritu en el pensamiento. Y con su rumor por un instante retornan ecos de la primera poesía de la vida nuestra – como una música, en la noche, lejana, que se apaga.