Vuelvo, hay una mesa abierta
hecha para ti solo
donde, cuando eras niño,
comías tu sopa
esparciendo líquido y risas
eras tan perfecto
un amor tan pequeño
un puño de chico.
Quién te devora ahora:
un tiempo no mejor
que nosotros viéndote esperar
quizás una respuesta de condena.