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Seva: De la victoria histórica a la epopeya literaria

Consuelo Martínez Justiniano
Anales


La ficción y la historia

Durante mucho tiempo se ha diferenciado y separado la ficción de la historia. La ficción se ha definido como la invención que deja rezagada a la realidad para ponerse a la altura de los sueños; para crear un mundo ideal. Mientras que la historia se ha definido como la exposición sistemática de los acontecimientos relativos a los pueblos y a cualquiera de sus actividades. Sin embargo, existe cierta imposibilidad para separar ambas realidades cuando se trata la ficción y la historia como elemento literario. Es innegable que el historiador restablece sus estudios históricos y participa activa o pasivamente, en la labor de crear un proceso histórico. El historiador investiga la historia, pero tiene que atar los cabos sueltos y rellenar los espacios vacíos; por lo que de una u otra forma está envuelta su creación, hay algo artístico en ello. Entonces, no podemos separar abiertamente la historia de la ficción porque a mayor o menor grado se relacionan.

El ser humano es quien inventa la ficción para escapar de su confinamiento de una realidad existente no deseada. La ficción puebla de fantasmas y quimeras el vacío existencial, traslada al hombre y a la mujer en su tiempo y su espacio sin que éstos dejen de ser quienes son. Hay ficciones que alcanzan una increíble credibilidad porque llenan un espacio, y muchas veces el ser humano se aferra a la ilusión para no aceptar su denominada “verdad”.

La ficción y la historia son dos componentes con los que puede jugar un escritor de acuerdo a su imaginación. Donde empieza uno termina el otro y viceversa, pero no siempre es así. Se puede crear una historia ficticia de una historia objetiva y verdadera. El autor sólo debe suplantar lo histórico por lo ficticio aprovechándose del “método histórico”. Es decir, rastreando minuciosamente toda fuente que aclare o explique mejor alguna faceta del personaje o la narración en cuestión.

Es esto lo que ha hecho Luis López Nieves en su obra Seva: historia de la primera invasión norteamericana de la isla de Puerto Rico ocurrida en mayo de 1898. López Nieves rellenó un pasado (para él) hueco y creó un espacio para revelar un futuro nutrido de heroicos pasados. Definitivamente, creó otro espacio histórico-ficticio. “Su reescritura polémica y subversiva de la historia puertorriqueña intenta romper con los viejos mitos que la literatura y la historia oficial puertorriqueña de distintos momentos han propulsado: la falta de rumbo, el pesimismo, la docilidad y la derrota” (García Calderón, 1994, p. 202).

 

Seva: un sueño que hizo historia

El 23 de diciembre de 1983 se publica Seva por primera vez en la sección En Rojo del semanario Claridad. El texto comienza con una carta dirigida al director del periódico Claridad, Luis Fernando Coss. En ésta Luis López Nieves (autor de Seva) le indica que ha decidido revelar los resultados de una investigación que el historiador Víctor Cabañas ha realizado en torno a la primera invasión norteamericana de Puerto Rico, que según dicho historiador, ocurrió en mayo de 1898 por el pueblo de Seva (localizado en el este de Puerto Rico) y no el 25 de julio según se registra en la historia oficial de Puerto Rico. López Nieves alega haber tomado esta decisión luego de reflexionar y haber tomado las debidas precauciones que garanticen su seguridad personal, ya que su amigo (el historiador Víctor Cabañas) ha desaparecido misteriosamente, y el autor relaciona su desaparición con los hallazgos de la investigación que Cabañas realizó y que contradice la versión de la historia que todos conocen.

El autor procede a presentar en la narración una serie de documentos para legitimar su versión de los hechos. Entre ellos se encuentran cartas diario de Víctor Cabañas dirigidas a López Nieves, páginas del diario del General Miles, quien estuvo a cargo de la invasión norteamericana a la isla, una declaración jurada por el único sobreviviente de los acontecimientos de Seva, un cimarrón llamado Ignacio Martínez, fotos y mapas que prueban su historia. López Nieves relata en su narración la resistencia heroica contra los invasores por parte de los pobladores de Seva. También cuenta como los norteamericanos decidieron borrar toda evidencia y masacraron los habitantes de Seva que mostraron resistencia, eliminando toda la población del pueblo y establecieron sobre los escombros, una base militar. Luego crearon en las cercanías un pueblo llamado Ceiba y alteraron los mapas existentes para confundir a quienes pudieran recordar la existencia de Seva.

Finalmente el autor concluye con una posdata en donde expresa su alarma y su angustia ante la desaparición de su amigo, el historiador Víctor Cabañas.

A partir de la primera publicación, Seva, generó una serie de reacciones consecuentes y sin precedentes en la historia literaria de Puerto Rico; algunas de las cuales llegaron a superar la ficción misma. López Nieves abre una nueva puerta para mostrarnos otra cara de la historia, una historia puertorriqueña de resistencia. Pero Seva no es más que un cuento, un magnífico cuento que su autor creó con su admirable imaginación, y como resultado de su insatisfacción con la historia de Puerto Rico. López Nieves combinó excelentemente la historia y la ficción en este cuento a través de manuscritos, entrevistas y datos, interviniendo lo fantástico con lo real.

Seva parece más que una combinación histórica-ficticia, la historia soñada de gran parte del pueblo puertorriqueño. Se ha señalado que el relato está muy bien escrito y que se basa en hechos verídicos registrados en los libros de historia. En 1994, García Calderón, señaló que ningún otro texto ha logrado penetrar con más fuerza que éste en las distintas esferas sociales puertorriqueñas ni ha logrado despertar actitudes tan radicales como las que despertó Seva. El relato se ha comparado con el realismo mágico de Gabriel García Márquez en Cien años de soledad y se ha llamado “El Aleph de Puerto Rico” en referencia al famoso escrito de Jorge Luis Borges.

Seva podría considerarse un ensayo histórico, pero no deja de ser un cuento. Aunque esté basado en hechos verídicos registrados en nuestros anales históricos, en el mismo texto se puede corroborar la no autenticidad de la “historia”. Primeramente por la duda de la verosimilitud del relato o por las claves que en el mismo se ofrecen: ya sea el anacronismo en cuanto a la fecha de fundación de Ceiba, el nombre del General Miles, el sello notarial u otros aspectos. Sin embargo, la impresión y conmoción que el texto causó en el pueblo puertorriqueño (intelectual y no intelectual) fue sorprendente. Muchos reaccionaron con indignación ante el método de que se valió el autor para “reescribir la historia”. Esta victoria histórica no necesariamente está muy lejos de la realidad puertorriqueña, es más bien la concreción de un sueño colectivo.

El éxito y la increíble credibilidad de Seva depende, en gran manera, de la forma en como esta historia ficticia llena un vacío histórico en el pueblo puertorriqueño y concreta un sueño sublime nacional. Luis López Nieves lo que hizo fue trasladar nuestra historia en el tiempo y en el espacio, pero sin que ésta dejara de ser la que realmente es.

Seva logró conmover todas las esferas de nuestro país y marcó una pauta innegable en nuestra historia literaria y en nuestra historia nacional. En la literatura constituye una gran sensación literaria, escrita a la altura de lo mejor de nuestra cuentística. En la historia causó una gran polémica donde la fantasía sustituyó a la realidad. “Hasta Seva la literatura seguía siendo literatura. Hoy, ciertamente la ha desbordado. El escamoteo de la ficción tras una presunta investigación histórica ha dado paso a una patente realidad: la biografía de un pueblo, la historia de éste, es también la de sus deseos” (Sotomayor, 1985).

Por lo tanto, Seva no es un engaño. Es un ingenioso y magnífico texto literario que constituye la verdad de lo que somos y rompe con el viejo mito de la docilidad puertorriqueña, una docilidad que propulsaron escritores influyentes a lo largo de nuestra historia. Seva es hoy la verdadera historia del heroísmo puertorriqueño. López Nieves logró su propósito, reescribió la historia, negó el viejo mito de la docilidad e hizo de Seva una verdadera y cautivante epopeya literaria, ¡nuestra epopeya! Aunque el caso de Seva es una historia inventada, es una invención muy posible que no se puede probar. Indudablemente, la reacción a la obra demostró que había algo entre el subconsciente colectivo y la realidad propuesta, porque el pueblo de Puerto Rico ya no es un “puertorriqueño dócil”, sino uno abierto a cuestionar la historia.

 

La epopeya literaria

Seva se ha convertido hoy por hoy en el cuento más creíble de la literatura puertorriqueña, y no sólo el más creíble; sino también el más leído tanto por literatos conocedores del arte, como por simples apasionados de la lectura. Seva nos lleva de la victoria histórica a la epopeya literaria. Puerto Rico necesitaba su “Macondo” y fue Luis López Nieves quien decidió escribir esa historia de vencedores que nos llenaría de orgullo. “López Nieves nos revela cuando habla sobre pueblo desaparecido” (1986) como en medio de sus estudios doctorales, estudiando distintas épicas se dio cuenta que nosotros no teníamos una. Si acaso existía alguna, eran épicas de perdedores como El Grito de Lares, los nacionalistas en Juyuya o Agüeybaná el Bravo. López Nieves se sentía seguro de que tenía que existir una historia mejor, una historia de vencedores. Por eso creó, a su manera, nuestra verdadera historia, nuestra epopeya: una narración de victoria histórica, de hechos memorables donde un grupo de puertorriqueños se opuso a la invasión norteamericana.

Como he venido enfatizando, López Nieves desmitificó la historia para crear una versión anhelada por el pueblo puertorriqueño, el debate de la identidad cultural y nacional puertorriqueña. Seva concreta un sueño épico igualando a Puerto Rico con el resto de los países de América Latina. Seva es una épica moderna puertorriqueña como las épicas modernas de Che, Washington y Simón Bolívar. Todos los países necesitan identificarse con sus relatos de hechos heroicos, porque a todos los pueblos les gusta verse en su arte, en sus sueños y esperanzas. A Puerto Rico le urgía alejarse del pesimismo, de la literatura de perdedores y adentrarse en un mundo de cosas positivas, llenas de fe en el futuro. Luis López Nieves al igual que Ana Lydia Vega, Magali García Ramis, Mayra Santos Febres, entre otros, se ocupó de reinterpretar nuestros hechos históricos a la luz de un nuevo amanecer lleno de esperanza.

Seva fue y es un éxito literario, trascendió a lo largo y ancho del país llenando el corazón de nuestro pueblo. Ha sido motivo de inspiración, se le han dedicado poemas y aguinaldos. Es sin duda más que un texto literario, es el despertar de un largo sueño, es la verdadera historia del heroísmo puertorriqueño, ¡es nuestra epopeya literaria!


Referencias:

  • García Calderón. M. (1994). “Seva o la reinvención de la identidad nacional puertorriqueña”. Revista de crítica literaria Latinoamericana, XX, 199-215.
  • López Nieves, L. (1984). Seva: historia de la primera invasión norteamericana de la isla de Puerto Rico ocurrida en mayo 1898. (7ma ed.). Puerto Rico: Editorial Cordillera.
  • Seva: un sueño que hizo historia. Claridad, págs. 22-23.  Julio-agosto 1991.
  • La ficción y la historia. El Nuevo Día, pág. 48. 7 de marzo de 1995.
  • Seva: ¿historia, engaño o concreción de un sueño?. El Mundo, pág. 21. 15 de enero de 1984.
  • Seva y la supuesta invasión de mayo del 98. El Reportero, pág. 23. 3 de enero de 1984.
  • Seva: ¿la historia añorada? El Reportero, pág. 19. 4 de enero de1984.
  • Luis López Nieves habla sobre el pueblo desaparecido. El Reportero, págs. 15-18. Agosto 1986.

“Seva: De la victoria heroica a la epopeya literaria”, Consuelo Martínez Justiniano, Anales: Revista de Cultura, Puerto Rico, Año XV, Núm. XV, 1995-1996, pp.225-231 y mipuertorico.com


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