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Tierra rasada – Cartas Bizantinas


Luis López Nieves

El príncipe Constantino, embajador de Bizancio en el Caribe, le escribe a la princesa Eudocia, su hermana menor, quien reside en la capital bizantina.

Querida Eudocia:

Napoleón invadió Rusia en el 1812 con medio millón de soldados. Inicialmente el ataque fue tan abrumador que los rusos retrocedieron. Pero antes de abandonar una provincia o una ciudad lo quemaban y demolían todo -casas, campos, talleres, granjas- absolutamente todo, para que el ejército francés no pudiera aprovecharlo.

Esta estrategia militar, conocida como “tierra rasada”, consiste de privar al enemigo de los recursos del país que ha invadido. Al no poder suplirse en las tierras agredidas, la labor del invasor se hace mucho más penosa porque tiene que abastecerse desde el exterior.

En términos militares esta estrategia puede tener sentido. Conlleva un gran sacrificio para algunos ciudadanos, que lo pierden todo, pero a largo plazo se salva la patria.

He observado que en América Latina abunda mucho la mentalidad de “tierra rasada”, pero no en el campo militar, donde puede ser efectiva, sino en la política, donde es un disparate.

Cuando un partido pierde una elección es normal que patalee un poco, pero luego se resigna y empieza a prepararse para las próximas elecciones. En Venezuela, en cambio, la oposición se niega a aceptar sus muchas derrotas. Aunque el presidente Hugo Chávez siempre gana las elecciones con grandes mayorías, sus opositores insisten en acusarlo de “dictador” y han adoptado la estrategia de “tierra rasada”.

Varios medios privados de comunicación -que lógicamente pertenecen a la oligarquía- con gran descaro han promovido golpes de estado y hasta pedido la intervención del Imperio del Norte. Incluso participaron en el fracasado golpe de estado de 2002. En cualquier país del mundo semejante conducta conduciría a la clausura inmediata de los medios golpistas y al arresto de los dueños. Pero en Venezuela el gobierno ha procedido por medios legales.

De hecho, poco después del intento de golpe, la incansable oligarquía, siempre con su estrategia de “tierra rasada”, logró que una cantidad de ingenieros petroleros se fuera a la huelga con el único fin de provocar el colapso económico del país. Nuevamente, el presidente Chávez evitó el desplome de la industria petrolera sin recurrir a la represión.

No me sorprende que la prensa del Imperio del Norte llame “dictador” al presidente Chávez: siempre demonizan a los que no adoran el modelo político norteamericano. Pero no entiendo cómo un venezolano puede hacerlo. Por eso aproveché un viaje reciente a Venezuela para preguntarle a un opositor del gobierno:

-¿No dijo la OEA, invitada a Venezuela por ustedes, que las elecciones fueron limpias?

-Chávez compró a la OEA con el dinero del petróleo -me contestó.

A otro le pregunté:

-¿No dijo el ex emperador Jimmy Carter, invitado a Venezuela por ustedes para que supervisara las elecciones, que éstas habían sido limpias?

-Chávez compró a Carter con el dinero del petróleo -me contestó.

En fin, querida hermana, en América Latina abunda esta mentalidad de “tierra rasada”, que en la política siempre es suicida. Algunos exiliados cubanos, por ejemplo, llevan casi 50 años tratando de quebrar a Cuba económicamente. Aunque no lo puedas creer, bailan y beben champaña cada vez que Cuba anuncia una sequía, alguna escasez o cualquier catástrofe… aunque sufran las consecuencias sus parientes, sus hermanos y hasta sus propias madres que todavía viven en la Isla.

En Puerto Rico ocurre algo similar. Ahora mismo este país sufre un gran descalabro económico. Sin embargo, con mis propios ojos he visto que cada vez que la economía recibe un nuevo golpetazo -ya sea el cierre de una fábrica o la huida de un importante inversionista-, los miembros del partido de la oposición saltan como monos y se babean de felicidad.

Te besa tu hermano,

Constantino

FIN


“Cartas Bizantinas: Tierra rasada”, Luis López Nieves, El Nuevo Día, San Juan de Puerto Rico, 5 junio 2007, p.77 y endi.com.

Ver la versión original en el periódico El Nuevo Día


Cartas Bizantinas es una columna del escritor Luis López Nieves, Premio Nacional de Literatura (años 2000 y 2005) y autor de la novela El corazón de Voltaire y del cuento Seva, entre otros libros. Pulse aquí para más información.


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