Casa digital del escritor Luis López Nieves


Recibe gratis un cuento clásico semanal por correo electrónico

Imperio – Cartas Bizantinas


Luis López Nieves

El príncipe Constantino, embajador de Bizancio en el Caribe, le escribe a la princesa Eudocia, su hermana menor, quien reside en la capital bizantina.

Querida Eudocia:

Cuando un país adquiere un conjunto de territorios y los gobierna para su provecho, nace lo que se conoce como un “imperio”. En los tiempos de antes, por ejemplo, cuando un rey lograba someter a otros reyes, se convertía en “emperador” (gobernante de un imperio, rey de reyes). Han existido muchos títulos para los gobernantes de los imperios, tales como zar, faraón, sultán, basileus y sha.

Un imperio es bueno para los ciudadanos del país dominante, pero terrible para los habitantes del país dominado. Cuando Egipto era un imperio, los egipcios disfrutaban de una calidad de vida superior a la de los países conquistados. Así ocurrió también en el caso de Babilonia, Atenas, China, Roma, Francia, Inglaterra, etc. En los tiempos del Imperio Británico, por ejemplo, se decía que un obrero inglés vivía mejor que un rey de África. Los imperios tienen una calidad de vida superior porque viven de la explotación de sus “colonias”, que es el nombre dado a los territorios conquistados.

La razón de ser de las colonias es beneficiar y enriquecer al imperio. Cuando un imperio descubre que un territorio débil posee un recurso que desea -como podría ser la madera, el azúcar, el petróleo o el oro- el imperio conquista al país y lo convierte en una colonia para robarle este recurso.

Los esclavistas adquirían esclavos para explotarlos, para ponerlos a trabajar. Nunca en la historia ha existido un sistema esclavista que comprara o adquiriera esclavos con el objetivo de educarlos y brindarles una mejor vida. Los esclavos siempre han tenido una sola razón de ser: el trabajo forzado.

Asimismo, ningún imperio conquista ni ha conquistado territorios, ya sea cercanos o lejanos, con el objetivo de ayudar o de hacerle algún bien al conquistado. Ningún imperio se ha sacrificado jamás por una colonia.

El sol sale por las mañanas y se pone por las tardes. Esa es una ley de la naturaleza.

Del mismo modo, una ley de la política es que los imperios despojan de sus bienes a las colonias. En 5000 años de historia nunca se ha visto que un país conquiste a otro para luego hacerle regalos u ocuparse de su bienestar.

En ocasiones se puede recibir la impresión de que el imperio ha gastado de su propio dinero para hacerle un bien al país conquistado. El imperio puede construir carreteras, eliminar epidemias o mejorar el nivel educativo. Pero nunca es un gasto, sino una inversión para beneficio propio. Por ejemplo, mejores carreteras ayudan a extraer productos con mayor agilidad y también abaratan y facilitan el control militar de la colonia. La lucha contra las epidemias ayuda a proveer mano de obra abundante y fuerte, y protege la salud misma de los conquistadores que deben vivir en la colonia. Un nivel educativo más alto provee los técnicos que el imperio necesita para operar en el país dominado.

En tiempos recientes, los imperios han adquirido la costumbre de inventar excusas para justificar sus conquistas. Los reyes españoles decían que los indios de América eran idólatras salvajes y que era necesario educarlos en el catolicismo. Pero ésta era una excusa para robar el oro y apoderarse de la tierra.

Antes de repartirse los pedazos de África, los monarcas ingleses y franceses dijeron que los africanos eran salvajes incivilizados que se mataban los unos a los otros y que era necesario llevarles la ley, el orden y el cristianismo. Pero también era una mentira.

Muchos españoles, ingleses y franceses creyeron que estas excusas de sus gobiernos eran ciertas. Eran ciudadanos honestos y realmente pensaban que estaban cruzando los mares y dejándose matar con el fin último de llevarle el cristianismo a los conquistados. Pero ninguna de estas razones eran verdaderas.

El sol sale por las mañanas y se pone por las tardes. Mientras lo siga haciendo, los imperios explotarán a sus colonias.

Recibe un fuerte abrazo de tu hermano

Constantino

FIN


“Cartas Bizantinas: Imperio”, Luis López Nieves, 15 diciembre 2003, ciudadseva.com.

Cartas Bizantinas es una columna del escritor Luis López Nieves, Premio Nacional de Literatura (años 2000 y 2005) y autor de la novela El corazón de Voltaire y del cuento Seva, entre otros libros. Pulse aquí para más información.


Volver a Cartas Bizantinas



Más Cartas Bizantinas de Luis López Nieves