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¡No seas gago intelectual!

Perla Sofía Curbelo

Diálogo


«La cosa esa se vería mejor encima del desto. Sin embargo, tráeme aquello, lo que es como rojo, porque con este aparato la combinación será perfecta…»

Cualquier persona consideraría un texto como éste un disparate. Más aún, un mensaje sin ton ni son. Sin embargo, las conversaciones diarias de muchos estudiantes y adultos están llenas de mensajes como éste. De acuerdo con el profesor y escritor Luis López Nieves, lo que toda esta situación conduce es a que se desarrollen personas con gaguera intelectual. Es decir, personas que emiten palabras pero realmente no están diciendo nada porque se han acostumbrado a no llamar las cosas por su nombre.

Según López Nieves, profesor de español en la Universidad del Sagrado Corazón (USC), la pobreza educativa y la falta de léxico de muchos estudiantes ha repercutido en un problema de comunicación social en Puerto Rico. «La gente quiere pedir o llamar una cosa en especifico y no sabe cómo nombrarla. Al no tener la palabra correcta, optan por los consabidos eso, aquello, el coso o el desto», comentó el catedrático.

López Nieves se ha destacado como productor de la campaña de servicio público de la USC que lleva como lema «El idioma es la sangre del espíritu». El anuncio más reciente de esta campaña ataca precisamente el problema de no llamar los objetos por su nombre. El profesor señaló que este aviso publicitario ejemplifica el grave problema de expresión de estudiantes universitarios con los que se ha encontrado durante los veinte años que lleva enseñando español.

«Este anuncio le ha gustado mucho al público y a las estaciones de televisión y radio que lo pasan en innumerables ocasiones», comentó López Nieves. «Los medios han entendido que el mensaje es positivo. La gente tiene un interés genuino en hablar correctamente», añadió.

El escritor indicó a entre estudiantes que el problema de la insuficiencia de vocabulario en la expresión hablada, en gran medida, se debe al bilingüismo mal enseñado. «No hay problema con aprender inglés y español a la vez, siempre y cuando aprendas cada idioma correctamente», expresó. Según el profesor, es un error que en muchas escuelas del país se le dé poca atención al español, simplemente porque se sobreentiende que todos saben hablarlo.

Otro factor que afecta el que las personas no sepan llamar las cosas por su nombre, según López Nieves, es el alto consumo de televisión por cable. «Nuestros jóvenes están viendo mucha televisión en inglés, las películas que se pasan en español están mal dobladas y para colmo el lenguaje de nuestra televisión no es muy elaborado», añadió.

Para eliminar estas muletillas, el profesor de español recomendó enriquecer el vocabulario leyendo los clásicos de la literatura española, así como las obras de escritores latinoamericanos como Jorge Luis Borges, Mario Vargas Llosa, Gabriel García Márquez e Isabel Allende. Además, sugirió ver más cine español y latinoamericano.

«Los estudiantes deben entender que todavía les falta mucho por desarrollarse en la materia del idioma y que cualquier defensa del español no se puede considerar un acto subversivo, sino una muestra de respeto a la cultura», insistió.

Los estudiantes opinan

Para Porfirio Bonilla, estudiante de la Universidad de Puerto Rico en Cayey, el problema de la deficiencia en la expresión oral se debe a la vagancia. «Muchas personas consideran que el tiempo es dinero y para acortar el tiempo del mensaje optan por no decir la palabra correcta, aunque esto no debería ser excusa», expresó el estudiante de Administración de Empresas. Bonilla también atribuyó la culpa a la falta de conocimientos de la persona.

Asimismo, Juan Carlos Garabito, estudiante de comunicación de la USC coincidió en que «nos hemos acostumbrado a decir y a pedir las cosas muy rápido para ser breves; nos recostamos del desto y del eso para no llamar las cosas por su nombre y saltamos todo un proceso de comunicación».

Por su parte, Mayra Ortiz, estudiante de la Escuela de Comunicación Pública de Río Piedras, señaló que «esta generación es parte de una sociedad visual. Lo vemos todo a través de las imágenes y nos hemos acostumbrado a no articular las palabras, lo que conlleva a una degeneración del lenguaje y de la memoria».

FIN


“No seas gago intelectual”, Perla Sofía Curbelo, Diálogo, San Juan de Puerto Rico, noviembre 2000, p.E6 y dialogodigital.com.


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