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El cine de siempre


Ángel Capparelli

[Ensayo. Texto completo.]
[Al final están los enlaces para ver las películas mencionadas.]

Cuando me siento ante la computadora para resumir mis recomendaciones cinematográficas para estos tiempos tormentosos de pandemia y de encadenamiento en el hogar, en beneficio de la salud pública y de uno mismo, lo primero que se me ocurre pensar, decir y exclamar es: ¡cuánto gran cine voy a dejar afuera!

Pero tengo que seleccionar y voy a realizarlo rigurosamente de acuerdo a mis preferencias; seguramente muchos lectores tendrán otras opiniones. Yo voy con la mía.



Uno de los primeros grandes genios del cine, no tengo dudas, fue Charles Chaplin. Con aquel famoso vagabundo, Carlitos, repetía siempre el mismo personaje, y con eso bastaba y sobraba. Los gags visuales, la velocidad de los mismos, y algún que otro mensaje importante, están en todas sus películas. Me gustaría recordar y que recordasen una de sus más grandes creaciones: Tiempos Modernos, una crítica impresionante al avance de la industrialización, de la tecnología y a la deshumanización empresarial. Además, dicho todo esto con la gracia de siempre a través de una comicidad que luego fue imitada y que muchas veces fue reverenciada con solemnidad y beneplácito. Esa imagen del buen atorrante vagabundo pasó de generación en generación, lo seguimos disfrutando, lo hice junto a mis padres, y a mis hijos, y hoy lo hago junto a mis nietos. Inmortal Charles Chaplin.



Hollywood perfeccionó el arte cinematográfico y logró que se lo validara como La Meca del Cine. Para eso contó con innumerables grandes artesanos y con algunos maestros cinematográficos de fundamental trascendencia. Uno de ellos fue John Ford. Él, con infinita modestia, se autotitulaba un simple hacedor de westerns; creo sinceramente que fue mucho más que eso. Cuenta con una filmografía muy rica, pero yo me inclinaría por una obra fundamental: Qué verde era mi valle. Este film narra las vicisitudes de una familia de mineros en Gales a través de la mirada del más joven de los integrantes, el hijo menor: Hulk. Siglo XIX. Intenso melodrama lleno de la humanidad y nostalgia que este prestigioso director sabía darle a sus obras, haciendo importante no solamente a los personajes protagónicos, también a los secundarios. El advenimiento del sindicalismo y la gran grieta generacional que se va originando son otros de los valores de esta obra, que ese año ganó el Oscar y venció a la mismísima Citizen Kane, un monumento a la cinematografía.



Ya la hemos nombrado, para muchos la obra cumbre de todos los tiempos: El ciudadano. Para los cinéfilos: la más importante. Para el espectador que solo se guía por el argumento o la parte temática, le cuesta a veces pensar que fue lo mejor. Pero yo siempre en CineSeva sostengo que los filmes son trascendentes no solamente por el contenido, sino también por la forma que se cuenta la historia. O sea, a través de su narrativa, o de su puesta en escena. El hombre detallista se va a dar cuenta de algunos elementos que son tan fundamentales como la historia en sí. Orson Welles queda como uno de los pocos en ingresar al Olimpo del Cine luego de esta obra, que realizó con solo veintisiete años y en su primera experiencia. Consolidó algo revolucionario y cambió todos los esquemas del cine. Pero al mismo tiempo tuvo muchos problemas, y grandes limitaciones en su carrera futura, por tener la osadía de meterse con un magnate de los medios de comunicación: William Randolph Hearst, ya que el personaje ficticio central, Charles Foster Kane, tenía muchos puntos de coincidencia con el empresario mencionado.

El Hollywood de Oro se extendió en las décadas del treinta, cuarenta, parte del cincuenta y luego, como toda gran corriente, fue eclipsada por otras también de singular nivel. Elijo para representar esa época dos películas: Lo que el viento se llevó y Casablanca. El cine ya era una gran industria, con predominio del famoso Star System.



Lo que el viento se llevó fue dirigida por tres realizadores: George Cukor, Sam Wood y, finalmente, Víctor Fleming, quien quedó como responsable del film. Pero el verdadero creador de esta obra colosal fue su productor David O. Selznick. Nos presentó la primera película de una duración fuera de lo común, aproximadamente cuatro horas. Tuvo un reparto excepcional con unas estrellas de impactante trayectoria. Se basó en un notable éxito literario que fue trasladado al cine con gran éxito de público y crítica. Fusionó algunas cosas que a veces se piensan difíciles de conseguir: algo espectacular pero a su vez de gran calidad por la historia, la narrativa y la interpretación. Los personajes y los actores se inmortalizaron junto al film.



Cuando hablo o escribo sobre Casablanca, de Michael Curtiz, no puedo ser para nada objetivo, porque amo este film; entre muchos que me gustan, creo que este es mi preferido de preferidos. Por lo tanto, qué más les puedo decir: es un canto al amor, al honor, a la amistad, envuelto todo en ese tremendo tiempo de la Segunda Guerra Mundial. Como ocurre con el film anterior, los personajes y los intérpretes quedaron para siempre en la memoria de los espectadores, pasando esto de generación en generación.



Ese cine que les menciono tuvo el aporte de figuras muy prestigiosas de todas las nacionalidades, actuando como realizadores, intérpretes, argumentistas, fotógrafos, coreógrafos, encargados de la banda sonora, del casting, de la dirección artística, etc. Uno de ellos, el inglés Alfred Hitchcock, fue de los más famosos y reconocidos. Realizando policiales logró un tremendo éxito comercial, lo que le valió el apodo de “El mago del suspenso”; luego, cuando los entendidos focalizaron un poco más en detalle sobre su realización, se dieron cuenta de que no solamente pretendía entretener, sino que iba mucho más allá de eso. Resulta difícil elegir un film de este señor porque tiene varios sumamente valiosos, pero me voy a inclinar por Vértigo, que en algún momento desplazó como mejor película estadounidense de todas las épocas a Citizen Kane, en una segunda evaluación efectuada por el AFI (American Film Institute). El personaje central es un detective retirado aquejado de acrofobia y vértigo que es contratado por un viejo amigo para que vigile discretamente a su esposa, quien dice estar poseída por un espíritu. Es tan rica esta producción en su enigmática trama que un gran crítico como Cabrera Infante la identificó con el mito de Orfeo y Eurídice.



Las corrientes tanto literarias como cinematográficas en algún momento se terminan, puede ser por hartazgo, puede ser porque más allá de los líderes de los movimientos aparecen otros que imitan pero con menor calidad, puede ser porque hace falta imprimir algún cambio… pero, bueno, suele ocurrir.

En algún momento irrumpió con fuerza inusitada una corriente italiana llamada neorrealismo que originó un cambio sustancial en la cinematografía.

Dos grandes monstruos de ese movimiento fueron Roberto Rossellini, el iniciador, y el gran Vittorio de Sica. El primero brindó aquella memorable Roma, ciudad abierta, una producción que se hizo con muy poco dinero y con grandes sacrificios, pero de tanta calidad que no solamente consagró a sus principales intérpretes, Ana Magnani y Aldo Fabrizzi, sino que originó un gran revuelo internacional, tanto que provocó que la principal actriz actuando en Estados Unidos, la sueca Ingrid Bergman, se enamorara de Rossellini viendo su película. Fue algo tremendo para Hollywood. Esta dama no solamente viajó para rodar un film con él, sino también que se casó con el director italiano. Bueno, Hollywood se sintió más traicionado que su exmarido. La obra narraba las vicisitudes del pueblo italiano durante la ocupación nazi.



Vittorio, el magnífico Vittorio, fue el director de una obra impresionante: Ladrones de bicicletas, en la que resalta la pobreza en la época del postguerra y la tremenda diferencia de clases. El neorrealismo filmaba mucho en las calles, en exteriores, e incluso en algunas oportunidades utilizaba actores no profesionales.

En la década del sesenta hubo una auténtica revolución en el Séptimo Arte. El cine europeo comenzó a prevalecer sobre el estadounidense, se pasó de lo emotivo a películas de un contenido más intelectual, que en algunos casos forzaban al espectador a involucrarse en la interpretación de ciertas escenas y simbolismos, ya que no todo estaba totalmente servido como ocurría hasta ese momento.

Aparecieron figuras brillantes que comenzaron a prevalecer sobre los demás: Italia con Luchino Visconti, Federico Fellini y Michelangelo Antonioni tuvo un trío que se alzaba con todos los premios en los festivales internacionales de aquellas épocas. En Suecia brillaba una figura fundamental: Ingmar Bergman, en Francia ocupaban todos los espacios la gente de la Nouvelle Vague, Argentina también se sumó a este movimiento con la figura trascendente de Leopoldo Torre Nilsson.

Voy elegir de esa época, para que las recuerden, dos grandes producciones: Cuando huye el día de Bergman y Amarcord de Fellini.

Bergman, para mí, fue la figura más profunda del cine de esa época. Y Federico, el grande, un monarca absoluto de su tiempo. Los dos brindaron joyas irrepetibles, son figuras que lamentablemente dejaron un hueco, un vacío que no logró ser ocupado por otros directores de igual nivel.



Cuando huye el día narra la historia del profesor Borg, un eminente médico, que debe ir a la ciudad de Lund para recibir un homenaje de su universidad. Realiza el viaje junto a su nuera que está en un momento álgido de la relación con el hijo del protagonista. Borg hace un balance de su vida a través de sueños, pensamientos y realidades de lo que acontece en ese trayecto. Bergman le imprime una belleza nostálgica tan impactante a la historia de ese ser tan poderoso, pero al mismo tiempo tan vulnerable, que provoca que esta obra se haya convertido en algo inmenso e irrepetible. Además, con la proeza de que fue realizada con muy pocos recursos.



Amarcord probablemente sea la más bella historia filmada por Fellini. A través de los recuerdos de su Rimini natal, nos narra la historia de ese pueblo en los años treinta. En realidad resulta una amplia, risueña y conmovedora evocación de la vida.

Con esto termino la primera parte. Luego realizaré otra entrega sobre películas más actuales.


ENLACES PARA VER LAS PELÍCULAS:

Tiempos modernos

https://www.youtube.com/watch?v=ol9j8tFVOO8


Que verde era mi valle

https://www.youtube.com/watch?v=f1a60JjcuAE


El ciudadano

https://www.dailymotion.com/video/x5ukhg7

https://www.dailymotion.com/video/x5ukhhd


Lo que el viento se llevó

http://www.online.tucineclasico.es/peliculas/lo-que-el-viento-se-llevo


Casablanca

https://zoowoman.website/wp/movies/casablanca


Vértigo

https://zoowoman.website/wp/movies/vertigo


Roma, ciudad abierta

https://www.youtube.com/watch?v=PxzBKEAAYQo


Ladrones de bicicletas

https://www.youtube.com/watch?v=XMY8qQPsEQ8


Cuando huye el día – Fresas salvajes

https://www.youtube.com/watch?v=4HivG6fBC8M


Amarcord

https://www.youtube.com/watch?v=-Wxpq8YrOO4

FIN


Véase también:

Cine actual

Mis películas preferidas en idioma español


Ángel Capparelli es licenciado en Periodismo. Durante 40 años fue un alto ejecutivo en varias instituciones financieras, pero siempre cultivó sus dos grandes pasiones: el cine y la literatura. Da clases particulares de cine y realiza presentaciones en instituciones, congresos, convenciones o en reuniones de grupos familiares, en los que siempre comparte su pasión por este arte. Además de elegir la película a ser presentada, luego dirige los debates. En lo referente a la literatura, fue alumno de Alicia Steimberg y de Lina Lemme, directora del Instituto Eduardo Mallea. Ganó un concurso literario con su cuento “Cierre esa puerta”. Publicó cuentos en varias antologías y participó junto a siete escritores en las obras Pasajeros del destino y Son estigmas. Vive en la Ciudad de Buenos Aires, Argentina. Es fundador y moderador de CineSeva.



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