El muñeco medieval debe pedir perdón – Cartas Bizantinas
Luis López Nieves
El príncipe Constantino, embajador de Bizancio en el Caribe, le escribe a la princesa Eudocia, su hermana menor, quien reside en la capital bizantina.
Querida Eudocia:
Los antepasados del rey Juan Carlos ejecutaron el mayor holocausto de todos los tiempos. Ese trofeo no lo gana Adolfo Hitler. Le pertenece a la Monarquía Española que a partir de 1492 mató a millones y millones de indígenas americanos. Y a los que no pudo matar los esclavizó, al igual que a millones de africanos que secuestró de sus tierras para servir los intereses de la Corona en América.
Durante 300 años la Monarquía Española saqueó, brutalizó y humilló a los indios, negros y blancos de sus colonias de América, hasta que a principios del siglo XIX la mayoría de estos países pudo independizarse. Las colonias que no se habían liberado, Cuba y Puerto Rico, les fueron arrebatadas a la Corona decadente en el 1898.
En 1931 el rey Alfonso XIII, abuelito de Juan Carlos, huyó de España cuando los ciudadanos lo repudiaron y proclamaron la Segunda República. Poco después el general Francisco Franco, uno de los tiranos más sangrientos que ha conocido Europa en toda su historia, por lealtad a la Monarquía Española derribó la República Democrática de España y provocó una terrible guerra civil. Tras el triunfo de Franco en 1939, este caudillo fascista tiranizó a España hasta su muerte en el 1975.
Pero ¿a quién nombró Francisco Franco, en el 1969, como sucesor suyo y futuro rey de España? Al nieto del odiado Alfonso XIII: a Juan Carlos, el actual rey de España, descendiente de una larga cadena de genocidas y heredero directo de Francisco Franco.
Nadie eligió rey a Juan Carlos. Nadie ha elegido a Juan Carlos para nada. Francamente, querida Eudocia, nunca he entendido por qué un país moderno, progresista e inteligente como España retiene como jefe de estado a este muñeco medieval que, por su pedigrí genocida, es una vergüenza para todos los que hemos nacido con títulos nobiliarios.
Para colmo, el pasado 10 de noviembre, durante la Cumbre Iberoamericana, este hijastro de Franco ha puesto en ridículo a su propio país cuando se sintió con la autoridad para tutear, manotear y mandar a callar públicamente a un presidente que ha sido elegido democráticamente en tres ocasiones: Hugo Chávez.
Es evidente que Juan Carlos se atrevió a faltarle el respeto al presidente de Venezuela porque éste es mulato, mestizo y americano. Es decir, es un descendiente de todas las razas que la Monarquía Española desprecia con gran naturalidad, porque durante siglos hizo lo que le dio la gana con los negros, indios y criollos de América.
Acostumbrado Juan Carlos a reunirse únicamente con presidentes y reyes tan blancos como él, ahora se encuentra, de pronto, muy incómodo en una cumbre con indios y mulatos y mestizos como Hugo Chávez, Evo Morales y Daniel Ortega… y por un instante ha cometido el gravísimo error de tratar al presidente Chávez como a un mero sirviente a quien se puede regañar en público.
Mis colegas embajadores se han horrorizado ante esta actitud insólita y arrogante del heredero de Franco. Mayor aún es el escándalo entre los miembros de la nobleza, porque Juan Carlos ha olvidado una importante ley no escrita que todos los príncipes aprendemos desde niños: noblesse oblige, la nobleza nos obliga a dar el ejemplo. Es obvio que Juan Carlos debe disculparse públicamente ante el presidente de Venezuela y ante todos los pueblos de América Latina. Y debe acostumbrarse a la dura realidad de que este continente ya no le pertenece a la Monarquía Española.
Te besa tu hermano,
Constantino
FIN
“Cartas Bizantinas: El muñeco medieval debe pedir perdón”, Luis López Nieves, El Nuevo Día, San Juan de Puerto Rico, 25 noviembre 2007, endi.com.
Ver la versión original en el periódico El Nuevo Día
Cartas Bizantinas es una columna del escritor Luis López Nieves, Premio Nacional de Literatura (años 2000 y 2005) y autor de la novela El corazón de Voltaire y del cuento Seva, entre otros libros. Pulse aquí para más información.