Casa digital del escritor Luis López Nieves


Recibe gratis un cuento clásico semanal por correo electrónico

Los 1001 estatus de Puerto Rico – Cartas Bizantinas


Luis López Nieves

El príncipe Constantino, embajador de Bizancio en el Caribe, le escribe a la princesa Eudocia, su hermana menor, quien reside en la capital bizantina.

Querida Eudocia:

La mayoría de los extranjeros no podemos comprender a los puertorriqueños cuando discuten el “estatus político” del país. Por ejemplo, con toda lógica pensamos que los boricuas del Partido Republicano quieren la república. Pero no es así, porque los puertorriqueños utilizan un vocabulario nublado cuando hablan de política. Veamos:

Puerto Rico fue colonia española desde el 1493, año en que Cristóbal Colón tuvo la gentileza de descubrir la isla personalmente. Pero 400 años después, en el 1898, el Imperio del Norte guerreó con España y le arrancó la colonia de Puerto Rico. Medio siglo más tarde, en el 1952, el Imperio le regaló al país una “constitución” que lo redefinía como un “Estado Libre Asociado”.

Muchos extranjeros tienen serios problemas para entender este asunto, porque el país no es estado, no es libre, ni es socio de nadie. Este nombre, por tanto, es un misterio para los forasteros, aunque en el mundo de la diplomacia, claro, todos sabemos que Puerto Rico es una simple colonia con nombre esotérico. El gobierno tiene cierta autonomía para manejar los asuntos internos menores, pero el Imperio maneja las relaciones internacionales, las fuerzas armadas, las comunicaciones, los correos y todo lo que realmente importa.

Bueno, Eudocia, resulta que muchos boricuas no ven el “estado libre asociado” como un estatus permanente. Por eso discuten día y noche lo que llaman las “tres opciones de estatus”: estadidad, estado libre asociado e independencia. Los que favorecen la “estadidad” desean que la isla se convierta en un estado federado del Imperio del Norte, como Hawai o Alaska. Los que prefieren el “estado libre asociado” aspiran a mantener la autonomía limitada. Los partidarios de la independencia quieren la república.

Como los boricuas son súbditos imperiales que pueden pertenecer a los partidos políticos del Imperio, surgen casos tan paradójicos como divertidos. Por ejemplo, muchos defensores de la “estadidad” (enemigos de la república) pertenecen al Partido “Republicano”. Cuando un boricua le dice a un extranjero “soy republicano, pero rechazo la república de Puerto Rico”, pues lógicamente los extranjeros piensan que se trata de un chiste o que los puertorriqueños son grandes locos.

En fin, querida hermana, estas son las únicas tres opciones que se discuten continuamente. Pero yo no entiendo esta pobreza política. De hecho, a pesar de ser extranjero, ya se me han ocurrido un sinnúmero de estatus adicionales muy beneficiosos. Fíjate que se trata de una ex colonia española con fuerte cultura hispánica. Por eso le vendría bien convertirse en una comunidad autónoma de España, como las Islas Canarias o Andalucía. Tendrían una moneda fuerte, y con el pasaporte europeo podrían viajar a cualquier país de Europa para vivir, hacer turismo o trabajar.

Otra excelente opción sería convertirse en una provincia de Venezuela. En esta forma obtendrían acceso instantáneo a cantidades ilimitadas de petróleo a precios muy bajos. Tampoco dudo que a Canadá le encantaría anexarse a la isla. En vez de sólo optar por el francés o el inglés como idioma oficial, los canadienses tendrían una nueva opción: el español, que está de moda en todo el mundo. Y fíjate en el magnífico caso de Bolivia, un país que no tiene puertos porque carece de salida al mar. Si Puerto Rico se convirtiera en provincia de Bolivia, ambos ganarían. Bolivia obtendría acceso al mar y San Juan se convertiría, de la noche a la mañana, en el puerto más grande de Bolivia.

En fin, yo les digo a mis amigos puertorriqueños que no deben limitar sus opciones de estatus a tres, porque la imaginación no tiene límites.

Te besa tu hermano,

Constantino

FIN


“Cartas Bizantinas: Los 1001 estatus de Puerto Rico”, Luis López Nieves, El Nuevo Día, San Juan de Puerto Rico, 2 septiembre 2007, p.105 y endi.com.

Ver la versión original en el periódico El Nuevo Día


Cartas Bizantinas es una columna del escritor Luis López Nieves, Premio Nacional de Literatura (años 2000 y 2005) y autor de la novela El corazón de Voltaire y del cuento Seva, entre otros libros. Pulse aquí para más información.


Volver a Cartas Bizantinas



Más Cartas Bizantinas de Luis López Nieves