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Los nuevos mártires – Cartas Bizantinas


Luis López Nieves

El príncipe Constantino, embajador de Bizancio en el Caribe, le escribe a la princesa Eudocia, su hermana menor, quien reside en la capital bizantina.

Querida Eudocia:

Nerón fue el primer emperador romano que persiguió a los cristianos: en el año 64 los acusó de haber comenzado el fuego que destruyó gran parte de la ciudad. Como resultado, muchos cristianos padecieron lo que se conoce como el “martirio”, que consiste en sufrir la muerte o gran dolor físico por causa de un ideal. Nerón alimentaba a los leones con cristianos vivos, la mayoría de las veces públicamente, en el famoso Coliseo Romano.

Pero el martirio cristiano no se limitaba a los leones ni a la cruz. El primer mártir, san Esteban, murió apedreado. Uno de los doce apóstoles, san Bartolomé, murió “desollado” (es decir, lo despellejaron vivo). Santa Inés fue decapitada. A santa Águeda le arrancaron los senos. Y san Lorenzo murió asado a la parrilla.

Los romanos llevaron a cabo grandes y espantosas matanzas de cristianos. El sufrimiento humano fue enorme. Sin embargo, los resultados fueron sorprendentes y paradójicos, porque los seguidores de Jesús no disminuyeron: cada día crecían y se hacían más fuertes. Tanto se fortalecieron, que 249 años después, en el 313, el emperador Constantino emitió el famoso Edicto de Milán en el que prohibía la persecución de los cristianos. Y el emperador Teodosio, en el 380, publicó el Edicto de Tesalónica, en el que le “recomendaba” a todos los ciudadanos romanos que se convirtieran al cristianismo.

Lo que había comenzado con sólo 12 discípulos en Galilea, y luego como una religión exótica y de esclavos pobres en Roma, en sólo tres siglos se convirtió en la religión oficial de todo el Imperio. Hoy día, dos mil años después de fundada, es la creencia religiosa mayoritaria en el hemisferio americano, Europa, Rusia, Australia, gran parte de África, etc.

Los cristianos admiran y honran el sacrificio de sus mártires de la época romana, pero es evidente que el afán de ser mártir ya no está de moda entre ellos. Pocos seguidores de Jesús andan por el mundo dando la vida por sus creencias. Ahora son más “prácticos”. La mayoría entiende que la época de los mártires romanos es una cosa del pasado.

En el siglo XXI, en cambio, el martirio está muy de moda entre los musulmanes, que son los seguidores de Mahoma. Es un martirio muy diferente al cristiano, por supuesto, pero el efecto es el mismo: hombres y mujeres dispuestos a sufrir o a dar la vida por una causa. Son muy pocos, si algunos, los norteamericanos, suizos, rusos o franceses que están dispuestos a suicidarse por la patria. Pero hay millones de creyentes musulmanes, en muchos países, que esperan con inmensos deseos una oportunidad para sacrificar sus vidas por Alá.

Acá en Occidente, donde tanto aplauden a los mártires cristianos, se critica severamente a los mártires musulmanes y se les tilda de locos y fanáticos. Pero yo, querida Eudocia, por ser extranjero, tengo la ventaja de la objetividad. Por eso hay días en que me hago la siguiente pregunta: ¿tendrá el martirio musulmán, a largo plazo, el mismo éxito que tuvo el cristiano? A los seguidores de Jesús este sacrificio les sirvió para apoderarse del Imperio Romano que tanto los había torturado. Y yo me pregunto: ¿le servirá a los musulmanes para, de aquí a 300 años, apoderarse del Imperio del Norte? ¿Se convertirá el Islam algún día en la religión de Nueva York y Washington?

Te besa tu hermano,

Constantino

FIN


“Cartas Bizantinas: Los nuevos mártires”, Luis López Nieves, El Nuevo Día, San Juan de Puerto Rico, 23 diciembre 2007, p.125 y endi.com.

Ver la versión original en el periódico El Nuevo Día


Cartas Bizantinas es una columna del escritor Luis López Nieves, Premio Nacional de Literatura (años 2000 y 2005) y autor de la novela El corazón de Voltaire y del cuento Seva, entre otros libros. Pulse aquí para más información.


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