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Unde hoc mihi – Cartas Bizantinas


Luis López Nieves

El príncipe Constantino, embajador de Bizancio en el Caribe, le escribe a la princesa Eudocia, su hermana menor, quien reside en la capital bizantina.

Querida Eudocia:

Cuando Puerto Rico dejó de pertenecer a España en el 1898, sólo había habido un obispo puertorriqueño en 400 años: Juan Alejo de Arizmendi, nombrado en 1803. Este prelado, sólo por ser puertorriqueño, les trajo muchos problemas a las autoridades imperiales de España. Por tanto, nunca más nombraron a un puertorriqueño.

En el 1898, Puerto Rico pasó a manos del naciente Imperio del Norte y en pocos años toda la jerarquía católica pasó a ser norteamericana. Es sorprendente que pueda existir un país cuyos sacerdotes y obispos sean todos extranjeros.

Pero este panorama empezó a cambiar en el 1960, cuando el papa Juan XXIII nombró a Luis Aponte Martínez segundo obispo puertorriqueño… 157 años después del nombramiento de Arizmendi. El país comenzó su transformación definitiva en el 1973, cuando el papa Paulo VI convirtió a Aponte Martínez en el primer cardenal puertorriqueño en 500 años.

La semana pasada, durante un acto en la Catedral de San Juan, tuve la oportunidad de conocer a Su Eminencia en persona. Es muy simpático. Me dijo que había visitado Constantinopla en varias ocasiones y que pasó una temporada en el Monte Athos.

Al día siguiente compré un ejemplar de sus memorias, tituladas “Unde hoc mihi”, que en español significa “¿Por qué a mí?”. Acabo de terminar el libro y te prometo que esta misma semana, por medio de la cartera diplomática, te enviaré un ejemplar a Constantinopla. Se lee como si fuera una novela.

El Cardenal, que tiene 86 años de edad, conoció nada menos que al papa Juan XXIII. Luego conoció a Paulo VI, quien lo hizo cardenal. Tras la muerte de Paulo VI, Aponte Martínez fue el primer puertorriqueño -en 2000 años- en tomar parte en la selección de un papa, en el 1978. Ese año se eligió a Juan Pablo I, quien había sido su compañero de cuarto durante el Cónclave. Pocas semanas después, tras la sorpresiva muerte de este papa, Aponte Martínez asistió a su segundo Cónclave en Roma y participó en la elección de Juan Pablo II.

El libro cuenta, por medio de anécdotas sencillas y entretenidas, la vida de uno de los hombres más importantes de la historia del Caribe. Llamó mi atención una anécdota que refleja el choque cultural que muchos puertorriqueños sufrieron durante el siglo XX. Cuando el joven Aponte Martínez se convirtió en sacerdote en el 1950, el 100% de la jerarquía religiosa de Puerto Rico era norteamericana.

Aponte Martínez cuenta lo siguiente:

“El Señor Obispo me pidió que me mudara a la parroquia de Maricao después de las navidades. Pasado el día de Año Nuevo, recibí una llamada suya preguntándome qué hacía todavía en Patillas cuando debía estar en Maricao. Le contesté que evidentemente había un mal entendido. Entonces él me dijo:

-Usted me prometió irse a Maricao después de las navidades y todavía está en Patillas.

-Excelencia -respondí- en Puerto Rico las navidades terminan después del 6 de enero. No es como en Estados Unidos, que terminan el día de Año Nuevo”.

Supongo que incidentes como éste influyeron sobre la perspectiva del Cardenal, porque más adelante, en uno de los capítulos más importantes del libro, cuenta cómo fundó la Conferencia Episcopal Puertorriqueña y procedió a unirse a la CELAM, que es la conferencia episcopal que reúne a las naciones latinoamericanas. Para ello tuvo que separarse de la Conferencia Episcopal Norteamericana, a la cual pertenecía Puerto Rico. Muchos obispos norteamericanos se enfadaron con Aponte Martínez y lo criticaron por haberse separado de Estados Unidos. Algunos hasta le retiraron la palabra. Pero el Cardenal continuó con sus planes independentistas.

De esta manera, Luis Aponte Martínez se convirtió en el auténtico fundador de la Iglesia Católica en Puerto Rico… después de 500 años de dominio eclesiástico extranjero. Por eso el libro me gustó tanto.

Te besa tu hermano,

Constantino

FIN


“Cartas Bizantinas: Unde hoc mihi”, Luis López Nieves, El Nuevo Día, San Juan de Puerto Rico, 8 junio 2008, p.79 y endi.com.

Ver la versión original en el periódico El Nuevo Día


Cartas Bizantinas es una columna del escritor Luis López Nieves, Premio Nacional de Literatura (años 2000 y 2005) y autor de la novela El corazón de Voltaire y del cuento Seva, entre otros libros. Pulse aquí para más información.


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