Francisco Brines
España: 1932-2021
- Poemas
- Textos digitales completos
- A punto de un viaje en coche
- Aceptación
- Alocución pagana
- Amor en Agriento
- Aquel verano de mi juventud
- Ardimos en el bosque
- Causa del amor
- Con los ojos serenos
- Con quién haré el amor
- Conversación con un amigo
- Cuando me han preguntado la causa de mi amor...
- Cuando yo aún soy la vida
- Dentro de la mortaja de esta casa...
- Despedida al pie de un rosal
- El ángel del poema
- El ciego deseoso recorre con los dedos...
- El curso de la luz
- El dolor
- El más hermoso territorio
- El porqué de las palabras
- En el acabamiento de la tarde...
- En el cansancio de la noche
- En esta hora lívida de la primavera, al caer la tarde...
- En este vaso de ginebra bebo...
- ¿En qué oscuro rincón del tiempo que ya ha muerto?...
- Epitafio romano
- Era un pequeño dios: nací inmortal...
- Es la hora del regreso de las cosas...
- ¿Es que, acaso, estimáis que por creer?...
- Esplendor negro
- Está en penumbra el cuarto, lo ha invadido
- Estos momentos breves de la tarde...
- Había una barcaza, con personajes torvos...
- La cerradura del amor
- La niña...
- La piedad del tiempo
- La última costa
- La vida me rodea, como en aquellos años...
- Ladridos jadeantes en el césped
- Lamento en Elca
- Las últimas preguntas
- Las ventanas reflejan...
- Lastimoso enamorado
- Los actos
- Madrigal nocturno
- Mere road
- Miras, con ojos luminosos...
- Mis dos realidades
- No fui nada, y ahora nada soy...
- No tuve amor a las palabras...
- Oyendo aquí los pinos, miro el cielo...
- Palabras para una mirada
- ¿Pero cómo saber, sin la mirada?...
- Quejoso, lastimero, en la lívida...
- Rubores, rostros, movimientos, cuerpos...
- Saliste a la terraza...
- Se me ha quemado el pecho, como un horno...
- Si no hay conocimientos en las cenizas...
- Sólo una vez pudiste conocer aquel Esplendor negro...
- Soluciona la noche con monedas...
- Todavía el tiempo
- Todos los días pasan...
- Trajo el aire la luz...
- Tus nocturnos cabellos de oro, racimillos de uva...
- Y qué es lo que quedó de aquel viejo verano...