Rainer María Rilke
Austríaco: 1875-1926
- Poemas
- Textos digitales completos
- Adelántate a toda despedida, como si la hubieras dejado...
- Apartada florece en el jardín la mala adormidera...
- Canción de amor
- Canción de los ángeles
- Como en embriagadora especería...
- ¿Cómo sujetar mi alma para...
- De mí te alejas, hora...
- De un abril
- Día de otoño
- El ángel protector
- El cisne
- El libro de horas
- El poeta
- Elegía primera
- Elegía segunda
- Elegía tercera
- Entrada
- Es una mártir. Como duro golpe...
- Esa fatiga por un grave hacer...
- Haz que algo nos ocurra. Mira...
- La adormidera
- La canción de la estatua
- La dama ante el espejo
- La enamorada
- La esposa
- La pantera
- Las hojas caen como si se marchitaran...
- Las mártires
- Las rosas
- ¡Llámame amado, llámame en voz alta!...
- Lo recordamos todavía. Es como si todo esto...
- Melancolía de muchacha
- Música
- No he soltado a mi ángel mucho tiempo...
- Ofrenda
- ¡Oh, cómo florece mi cuerpo, desde cada vena...
- Oraciones de las muchachas a María
- Otoño
- Otra vez huele el bosque...
- Para ti
- Por ti, para que tú un día llegaras
- ¿Qué, tocas tú, muchacho? Iba por los jardines...
- ¿Quién es el que me quiere de tal modo...
- ¿Quién, si yo gritara, me escucharía entre las órdenes...
- Quienquiera que tú seas: al atardecer sal...
- Se me ocurre pensar en un jinete joven...
- Señor, a cada uno dale su muerte...
- Señor: es hora. Largo fue el verano...
- Sepulcro de una muchacha joven
- Sí, de ti tengo anhelo. Me resbalo...
- Si tu frescura a veces nos sorprende tanto...
- Somos hombres inquietos...
- Soneto IX
- Soneto XIII
- Soneto XXII
- Sonetos a Orfeo
- Su mirada se ha cansado de tanto observar...
- Tan solo aquel que levantó la lira...
- Todo ángel es terrible. Y sin embargo, ay, los invoco...
- Todos cuantos te buscan te tientan
- Tú eres el ave cuyas alas vi...
- Un día tomé entre mis manos
- Una cosa es cantar a la amante y otra...
- Y se elevó un árbol. ¡Oh pura elevación!...
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