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Los siete libros de la Diana

Prefacio

[Novela - Texto completo.]

Jorge de Montemayor

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Prefacio

Al muy ilustre señor don Joan Castellá de Vilanova,
Señor de las baronías de Bicorb y Quesa, Jorge de Montemayor

Aunque no fuera antigua la costumbre, muy Ilustre Señor, de dirigir los autores sus obras a personas de cuyo valor ellas lo recibiesen, lo mucho que vuestra merced merece, así por su antigua casa y esclarecido linaje, como por la gran suerte y valor de su persona, me moviera a mí (y con muy gran causa) a hacer esto. Y puesto caso que el bajo estilo de la obra, y el poco merecimiento del autor de ella no se habían de extender a tanto como es dirigirla a vuestra merced, tampoco tuviera otro remedio sino este para ser en algo tenida; porque las piedras preciosas no reciben tanto valor del nombre que tienen, pudiendo ser falsas y contrahechas, como de la persona en cuyas manos están. Suplico a vuestra merced debajo de su amparo y corrección recoja este libro, así como al extranjero autor de él ha recogido, pues que sus fuerzas no pueden con otra cosa servir a vuestra merced, cuya vida y estado nuestro Señor por muchos años acreciente.

Al dicho señor

Mecenas fue de aquel Marón famoso
particular señor y amigo caro,
de Homero, aunque finado, el belicoso
Alejandro, gozó su ingenio raro.
Y así el de Vilanova, generoso,
de lusitano autor ha sido amparo,
haciendo que un ingenio bajo y falto
hasta las nubes suba, y muy más alto.

De don Gaspar de Romaní al autor

Soneto

Si de Madama Laura la memoria
Petrarca para siempre ha levantado,
y a Homero así de lauro ha coronado
escribir de los griegos la victoria;
si los reyes también, para más gloria,
vemos que de continuo han procurado
que aquello que en la vida han conquistado
en muerte se renueve con su historia;
con más razón serás, ¡oh excelente
Diana!, por hermosa celebrada,
que cuantas en el mundo hermosas fueron;
pues nadie mereció ser alabada
de quien así el laurel tan justamente
merezca más que cuantos escribieron.

Jerónimo Sempere a Jorge de Montemayor

Soneto

Parnaso monte, sacro y celebrado,
museo de poetas deleitoso,
venido al parangón con el famoso,
¿paréceme que estás desconsolado?
Estoylo, y con razón, pues se han pasado
las Musas, y su coro glorïoso,
a ese que es Mayor monte dichoso,
en quien mi fama y gloria se han mudado.
Dichosa fue en extremo su Dïana,
pues para ser del orbe más mirada
mostró en el Monte excelso su grandeza.
Allí vive en su loa soberana,
por todo el universo celebrada,
gozando celsitud, que es más que alteza.

Argumento de este libro

En los campos de la principal y antigua ciudad de León, riberas del río Ezla, hubo una pastora llamada Diana, cuya hermosura fue extremadísima sobre todas las de su tiempo. Esta quiso y fue querida en extremo de un pastor llamado Sireno, en cuyos amores hubo toda la limpieza y honestidad posible. Y en el mismo tiempo la quiso más que a sí otro pastor llamado Silvano, el cual fue de la pastora tan aborrecido que no había cosa en la vida a quien peor quisiese.

Sucedió, pues, que como Sireno fuese forzadamente fuera del reino, a cosas que su partida no podía excusarse, y la pastora quedase muy triste por su ausencia, los tiempos y el corazón de Diana se mudaron y ella se casó con otro pastor llamado Delio, poniendo en olvido el que tanto había querido. El cual, viniendo después de un año de ausencia, con gran deseo de ver a su pastora, supo antes que llegase cómo era ya casada.

Y de aquí comienza el primero libro, y en los demás hallarán muy diversas historias de casos que verdaderamente han sucedido, aunque van disfrazados debajo de nombres y estilo pastoril.



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